jueves, 7 de febrero de 2013

Indio Infame y su caballo Espíritu

1 Érase una vez un indio llamado Infame, predecía el futuro jugando los dados si salía dos tres, once o doce podía perder a su caballo Espíritu, que fue robado por la caballería en el desierto de Arizona en un casino indio(en la guerra de secesión) Si sale el número siete el podía predecir dos cosas que le separasen de su caballo y de la Yegua que se enamoró su caballo de raza Mustang y de crin larga y veis La caballería americana le quería como caballo de carga y la construcción de fuertes (El soñaba con su caballo en el pasado cuando salía, ileso en el cañón del colorado en el desierto de Arizona) El caballo saltó de un tren en marcha que iba para el oeste, perdiéndose entre la multitud de caballos 2 Mientras que él vagaba por el desierto, los espíritus la música, y la Psicodélica, le guiaron a una partida de Black-jack con el general, en la cantina del fuerte, su objetivo para ganar la primera prueba y estar más cerca de su caballo es sacar 21 cuatro veces y ganar al general La segunda prueba sería jugar al Bacará con otra india llamada Luna jugadora profesional de naipes, siendo ella la banca y él jugador, no le valdría ganar el ni ganar la banca, ni tampoco podría pasarse de nueve, lo mínimo para ganar era puntuación cero Si empata podría recuperar a su amada, su caballo Espíritu, y el regresar al campamento indio. Regreso al pasado en un casino indio, y en la ruleta salió cero o doble cero, y eso significaba que predeciría buen futuro con los espíritus indios

El mundo de Violeta

1 Violeta estaba encerrada en la habitación roja, recordando números de ruleta negros, y cartas de partidas de póker, negras Era raro que brillase el sol viendo esa noche negra, de realidad de mundo tras el cristal Entre mil calles que no recordaba, todas llevaban el nombre de Ramón, aunque Ramón olvido su nombre, pero ella no La mejor jugada fue apostar por Ramón, era un envite que iba sobre seguro, pero tenía cuatro jugadoras más con las que tenía que competir, no sólo detrás de una barra, sino también en una partida de naipes La noche empezaba tras una barra negra, que mentalmente te hacia viajar hacia el infinito, por sus formas geométricas ilimitadas, y música manipulada linealmente para captar, la sonoridad de la sicodelia 2 La piloto de aviones Cristal y su amiga Patricia eran reservadas y siempre llevaban jugadas para envites bajos, como doble pareja o trío, jugaban en diferentes mesas por la atenta mirada de los dueños de la sala, conociendo las noches de reflexión al lado de una habitación de puerta roja, y un tosco y ancho cristal por donde pasaba la luz, de una enésima y tranquila y monótona calle 3 Vanesa vestía de negro y siempre llevaba jugadas altas como full, la única que podría hacerle frente al envite, era Mamen, que distraían sus vestidos azules y su sensualidad de voz, con una jugada de color todas sin sentido en rojo o todas sin sentido y valor en negro 4 Sólo tenía dos formas de ganar una con escalera de color real todo en rojo, lo cual le recordaría la soledad y la tristeza de olvidar el nombre de Ramón O escalera de color real todas las cartas en negro, lo cual le recordaría, una de cada cinco calles donde conoció a Ramón Y el amanecer de las siete de la mañana, en donde despertaba con Ramón