sábado, 26 de mayo de 2012

Infinito

1 A través de una televisión en blanco y negro de hace cincuenta años con sólo dos botones, dos canales y de carcasa marrón se puede viajar al infinito. El inconveniente era un cristal que estaba como en el primer piso que pretendía salir a la calle, pero le daba la espalda. Ese salón con ese sofá solitario de plano general, si te pones en el centro tapizado en marrón, con cojines amarillos en cada extremo, con música que provenía de la nada, hacia bailar a la diva del baile, y viajar hacia el infinito a través de un cristal que perforaba el sonido del mismo, con esas imágenes de multitud que parecían nocturnas, con luces de colores (Y el alejamiento físico y mental del salón con una salida incierta de escaleras de caracol a la calle) Esa posibilidad la podía romper un extraño rompiendo el cristal y la tele, viéndose atrapado en la realidad, o viajar al inifinito, lo del extraño era un sueño, y lo de viajar a través del cristal y verse atrapada por la música y la tele fue real. Una vez dentro de la tele el blanco y negro gracias a unas luces, y a la música se convertiría en color, y la multitud parecía real, sin necesidad de salir a la calle 2 La diva real del baile que creímos que era blanca, realmente era brasileña con influencias africanas. Cabía la posibilidad de viajar al amanecer de las playas de Ibiza por tele transportación, a través de una cabina de teléfono situada en Londres, y de color rojo En el amanecer de las playas de Ibiza, envuelto por la música, había una pala al lado de una roca, retirada y solitaria con respecto a la multitud Sin ninguna marca, y si se cavaba en un lugar que se suponía que era el centro invisible, mediante un túnel de arena, y llegando a un mundo subterráneo, llegaría a verse atrapado en un submundo encerrado, que nunca salió a la realidad, atrapado por la música noche y día, sin salir al mundo exterior